sábado, 28 de marzo de 2020

¿Quién los cuida?



¿Quién los cuida?


Lic. en Psicología Ritter, Gastón 


Hace 9 meses que estoy trabajando en Acecc (Asociación Civil Escuela Canina de Catástrofes) una ONG que se dedica al adiestramiento de perros preparados para búsqueda y rescate de personas en situación de catástrofes, derrumbes y toda situación que amerite buscar a una persona desaparecida. Soy Licenciado en Psicología especializado en  Emergencias.
A medida que pasan los meses voy aprendiendo y descubriendo nuevas tareas en esta Institución. Trabajo tanto en la  contención emocional del personal, como en la realización de cursos sobre Primeros Auxilios Psicológicos. Cuando hay operativos de búsqueda y rescate participo activamente monitoreando al personal y de necesitarlo, aplico P.A.P. en los damnificados o brindando charlas grupales con el personal.
Trabajar como psicólogo de la emergencia en  una institución con perros de búsqueda y rescate es un terreno fértil, no hay nada escrito, por eso es importante empezar a documentar nuestras experiencias.
Lo primero que hice cuando ingresé  fue observar cómo era la institución, charlar con los guías de los perros y comprender cómo se llevaban entre ellos y con la Institución, por último entrevistarme con el director Juan Carlos Lombardi. Juntos planificamos de qué manera podría colaborar con la ONG.
Por varias semanas quienes son ahora mis compañeros, no sabían que hacia yo allí observando, charlando, ellos me tenían que aceptar a mí y yo ver qué podía sumar desde mi experiencia y conocimientos.
Tiempo después de mi ingreso en la institución  tuvimos un operativo de búsqueda, la persona desaparecida era “Abril”, la nena perdida en Punta Indio, en el balneario “El Pericón”.
Ese día nos encontramos todo el equipo en la puerta de  Acecc , situada en la zona de Barracas, Capital Federal a las 6 A.M y de ahí partimos hacia Punta Indio. Éramos 15 personas, entre ellos había civiles, bomberos, policía, psicólogo y los 8 perros experimentados y preparados para su labor.
Recuerdo que ese sábado de Octubre llovió muchísimo, recuerdo haberle  preguntado a Juan Carlos Lombardi, si se podía buscar con esa lluvia y  él me respondió que sí,  los perros buscan con cualquier clima.
Era yo el quien temía buscar con ese diluvio. Había llevado ropa de repuesto pero aun así  no estaba preparado para lo que se venía. Había llevado zapatillas de  lona. No tenía ni borcegos, ni botas de lluvia, mucho menos piloto. Ahí empezaron las complicaciones. Aun habiéndome preparado durante años en emergencias, urgencias y primeros auxilios psicológicos, vivir la experiencia en un operativo hace que toda la teoría parezca escasa e insuficiente.
A las 10:30 de la mañana paramos a abastecernos y comprar comida  en una despensa que quedaba  a unos kilometros del Pericón, Balneario de Punta Indio donde presuntivamente se había perdido la niña.
Una vez en la despensa mi cara de desconcierto  se notaba de lejos, mis compañeros de equipo  estaban comprando de todo y mucha cantidad. R, uno de los bomberos, que tiene experiencia en operativos me preguntó: ¿Vos te trajiste comida? ¿Trajiste Agua?  Mi respuesta fue negativa. Nunca había previsto la larga jornada.
Punta Indio, parecía un pueblo fantasma, casas abandonadas, plazas rotas, pasto crecido, perros callejeros, etc
A las 11:30 después de dar varias vueltas buscando al policía encargado de dejarnos pasar al lugar vallado,  entramos en el Pericón.
La lluvia no daba tregua. Unos policías  nos dejaron estar bajo techo para resguardarnos. Esperamos algo más de una hora  a que venga el juez de la causa y nos dé la orden de buscar. Suele haber mucha burocracia en un Operativo.
A eso de la 12:30 nos dieron la orden de empezar a buscar, ya habían pasado 6 horas y media desde que nos encontramos en La institución. Hasta ese momento los integrantes del equipo estábamos cansados, preocupados por la lluvia que no mermaba. El lugar estaba casi deshabitado pero igual había vecinos del lugar que nos miraban extrañados.
El Director nos dio la orden de cómo buscar, nos separó en  dos grupos quedando yo a cargo de uno de ellos. Le recordé que nunca había estado en un operativo, que hasta ese momento no sabía lo que era trackear una zona. Con vergüenza le dije que no estaba preparado para semejante responsabilidad y le cedí el lugar al guía más experimentado del grupo.

El trabajo de búsqueda no fue sencillo, caminamos mucho y tuvimos que estar hiper alertas en todo momento, buscando detalles,  prestando atención donde enviar a buscar a los perros para que no se lastimen, ya que la zona era  complejas, había ciénagas, el clima obstaculizaba.

Mi ropa no era  apta para la búsqueda. Varios de mis compañeros se dieron cuenta y me ofrecieron parte de sus vestimentas, un guía me dio un piloto y otro un par de botas. Ambos guías son bomberos, el cuidado por el otro por sobre ellos mismos lo tienen grabado a fuego.
Muchos de mis compañeros me cuidaron de que no tenga frio, de que no me lastime, que no tenga hambre ni sed, yo era nuevo y me explicaban todo. A cada cambio de escenario me explicaban por qué se hacía. Yo miraba, charlaba con cada uno, monitoreaba el nivel de estrés  de mis compañeros, daba ánimos, trababa de aportar desde mi lugar.
Pasaron varias horas más, por radio, el director dió la orden de volver a la base. Empezamos a reagruparnos.
Eran las 4 de la tarde y no habíamos comido ni tomado agua. Los perros si, cada guía había llevado agua para su can.
A las 16:30 nos sentamos a comer y comentar las novedades. Todos estaban contentos por cómo habían buscado los perros. Ya eran casi las 17:00 y el cansancio se sentía, no sabíamos a qué hora iba a terminar todo. La incertidumbre se hacía notar.
 En una de las charlas con mis compañeros, R. me dijo: “Ojala que nos presten un buen lugar para dormir” Me sorprendió  “¿Cómo dónde dormir?”. Muchas veces en los operativos búsqueda se retrasa todo y hay que buscar a la noche también.
A eso de las 17:30 llegó un oficial de la Policía con alto cargo jerárquico, el Director de todo el operativo. Nos explicó que en la casa de al lado habían visto a la nena jugar antes de haber  desaparecido. Los perros buscaron un tiempo y no encontraron el rastro.
En resumen, terminamos de escribir los informes a las 12:00 de la noche, cansados pero con mucha energía por la adrenalina acumulada.
Terminamos la jornada sin resultados positivos y la niña fue encontrada por su madre 3 días después en circunstancias sospechosas.
 Al día siguiente del operativo, ya descansado y comido me pregunte ¿Quién cuida a los cuidadores? ¿Quién acompaña a los rescatistas, médicos, enfermeras, bomberos, policías durante largos periodos de estrés y bajo circunstancias desfavorables a sostener los niveles de alerta y sostener el trabajo de manera eficiente?
Los cuidadores están en contacto continuo con el dolor profundo de las personas. Muchos de estos profesionales, bomberos, enfermeras, médicos, personal de seguridad, están en continuo contacto  con el dolor, la angustia y la muerte, siendo éstas variables cotidianas en su labor.
Estos voluntarios y profesionales, se valen de la empatía para entender al otro y trabajar. Pero esto mismo que da ventaja también  los deja vulnerables, expuestos al dolor y al sufrimiento.
Como Psicólogos es nuestra principal labor realizar el acompañamiento y brindarles las herramientas necesarias para que puedan enfrentarse  a situaciones desfavorables sin enfermar ni ser depositarios emocional y físicamente de aquello a lo que se enfrentan.

Para ello, parte fundamental de nuestro rol es conocer e identificar  los signos de alerta físicos, emocionales, cognitivos y de interrelación  en los que se encuentran los participantes de los operativos.

·         Niveles de Alerta Físicos: Fatiga, cansancio, dificultades para dormir, dolores de cabeza, cambios en los hábitos alimentarios, molestias digestivas y aumento significativo en el consumo de drogas y alcohol.
·         Emocionales: Irritabilidad, ansiedad, sentimientos de culpa y desamparo, agresividad, pesimismo, estar a la defensiva.
·         Cognitivos: Dificultades en la concentración en las tareas, absentismo.
·         Interrelacionales: Dificultades de relación y/o comunicación con los compañeros de trabajo.

Por ello es importante formar, dar herramientas y estrategias para el auto cuidado.

Algunas pautas luego de un incidente crítico:

·         Sostener las rutinas (laborales, alimentación, sueño)
·         Seguir Protocolos y Técnicas grupales de desactivación y recuperación (Defusing, defriefing)
·         Tiempo de descanso y desconexión.
·         Mantener contacto con familia y amigos.
·         Practicar deporte, realizar actividades de ocio y culturales.
·         Estar en contacto con la naturaleza.
·         Técnicas de relajación y meditación.
·         Tener un hobby (y practicarlo)
·         Tomar sol durante 30 minutos/día

Quienes trabajan en Emergencias, suelen tender a pensar que siempre están bien, que tienen capacidades de afrontamiento ilimitadas, que no necesitan hidratarse, comer ni descansar mientras haya personas sufriendo.
Suponen que no tienen necesidades propias. Obviamente, no es así.
¿Quién los cuida?
Están en constante contacto con el estrés, creen poder manejarlo mejor que nadie y muchas veces tienen creencias irracionales y prima la negación de sus emociones.

En Acecc mi rol como Psicólogo de Emergencia abarca trabajar en dichas circunstancias sobre la Gestión de Crisis, que se puede plantear en tres tiempos:
1.       Antes: Prevención y Capacitación. Entrenamiento y preparación para la tarea. Técnicas concretas Exposición gradual a estresores (simulacros de búsqueda y rescate) .Tener reuniones donde se pueda poner de manifiesto que “Todos tenemos miedo”. Conocer las reacciones emocionales y psicofísicas de estrés. No criticar, no juzgar, no burlar. Conocer las limitaciones propias y de los demás miembros del equipo. Conocer cuáles son los valores, las metas y los objetivos compartidos. Tener reuniones periódicas, quincenales o mensuales, dependiendo de lo que se vaya a trabajar. En las reuniones se deberá trabajar el conocimiento mutuo, se procurará manifestar el malestar, estrés, y las emociones. Es muy importante compartir tiempo recreativo entre todos.

Antes de un operativo debemos informarnos sobre todo lo concerniente a la crisis (búsqueda): ¿qué pasó? ¿dónde? ¿Cuándo? ¿Quiénes son las personas afectadas? ¿Cuáles son los recursos de ayuda disponibles? Y las necesidades inmediatas.

2.       Durante la Intervención: Brindar especial importancia a los Protocolos. Proponer un camino de acción. Facilitar una modalidad de intervención  relativamente segura que nos proteja en lo físico, emocional, institucional y legal. La emergencia no es momento de tomar decisiones, por eso hay que tener todo escrito.
Protección física y emocional (normas de seguridad, bioseguridad, técnicas de manejo de estrés para nuestros compañeros y los afectados que nos encontremos).
Descanso cada  1 ½ hr/ 2 hs. Rotar al personal de un área a otra en la escena.    Alimentación e hidratación.
No sentir las emociones no significa que no estén.
Otras de las técnicas a trabajar es el manejo del Distrés Agudo: Si algún compañero manifiesta una reacción de estrés agudo durante la intervención. De pasar esto hay que alejar al trabajador de la escena e invitarlo a hablar de lo que pasó (sin forzar) intentando normalizar las reacciones que se den.

3.       Luego del Incidente Crítico o búsqueda: El nivel de adrenalina se mantiene alto por un tiempo, nos encontramos frente a un aumento considerable de cortisol, el trabajo de búsqueda suele  durar  varios días. No se duerme bien, la alimentación nunca es la mejor.
Debemos conocer las reacciones esperables de los rescatistas o personal interviniente. Pasar tiempo con el grupo, no aislarse.
Hablar acerca de cómo se sienten. Regresar a las rutinas diarias. No  tomarse licencia. Permitirse afligirse y llorar. Solicitar apoyo. Fijarse metas y objetivos pequeños para              enfrentar problemas grandes.
Alimentarse nutritivamente (no cafeína, no cigarrillo, no alcohol).Ejercitarse, dormir lo suficiente. No sobrecargarnos de trabajo.

Por último, inmediatamente después de un operativo, como psicólogos, podemos utilizar el Defusing. Dicha  técnica  consiste en minimizar la severidad y duración del impacto emocional. Permitir la expresión de emociones ayudando a entender y comprender lo que se siente y lo que puede pasar en los próximos días.

                                                               

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