Este campo de la Urgencia,
Emergencia y Catástrofe se caracteriza por ser ejercido en una situación donde
un evento disruptivo ha atravesado a uno o varios sujetos afectándolos en
distintos grados en todo su ser biopsicosocial. Al ingresar el Psicólogo en
esta dinámica es que pone en juego su propia salud mental, por lo que se vuelve
aún más evidente la necesidad de intervenir con un encuadre bien establecido.
Entendemos como víctimas en este
campo, a aquellos afectados en distintos órdenes, ya sea de manera directa o
indirecta, personas en las que un incidente crítico, irrumpió en sus vidas, y
con quienes se va a intervenir con el objetivo principal de proteger, prevenir
y resguardar la aparición de trastornos mentales consecuencia del evento
vivenciado.
El psicólogo capacitado para
intervenir en estas situaciones, llamado Psicólogo emergentólogo o
emergencista, es un profesional del campo de la salud mental, con un título
habilitante de “Licenciado en Psicología” y una formación y práctica específica
cuya especialidad lo dota de herramientas, técnicas, métodos y recursos para
intervenir en situaciones críticas.
Entonces, estos Psicólogos
Emergentólogos ¿poseen el mismo posicionamiento al de la psicología clínica?
¿se interviene de la misma forma? No, el posicionamiento, el despliegue de
recursos, la ética, el ejercicio y la formación son muy singulares, y obedecen
a estrictos lineamientos.
Su especialidad es la idónea para la
intervención en escenarios donde el posible riesgo vital se entrelaza con una
desorganización psíquico-emocional que puede expresarse en múltiples y
diferentes maneras y reacciones, exponiendo al profesional a exigencias que
pueden poner en riesgo su propia salud mental. Por lo tanto, los Psicólogos que
se dedican a este campo tienen un perfil diferente, flexible, proactivo,
nutrido de múltiples técnicas, métodos, y articulados en equipos de respuesta
inmediata donde se exponen al encuentro in situ con situaciones límite.
Pilares
éticos
Toda la actuación de un Psicólogo
emergentólogo o emergencista, se realiza en un contexto de constante desafío,
donde los tiempos son restringidos, y cuya relación con la ética es muy
estrecha, los constantes riesgos en la intervención demandan la exigencia de lineamientos
esenciales, a fin de no ocasionar con la iatrogenia conflictos, o daños mayores
en las víctimas.
La
regulación desde el ámbito de la psicología en contexto de Emergencia y
desastres.
Responde en primera instancia a la
establecida por los códigos de ética que rigen a los distintos colegios del
mundo. Todo interventor que se disponga a actuar en una catástrofe no está
exento de ellos, no olvidando que los mismos incluyen y no obvian aquellos
aspectos que resguardan: confidencialidad, competencia
y la dignidad de las víctimas como ejes que regulan todo el trabajo del
psicólogo.
Es importante dimensionar y asumir,
que la dinámica de los desastres, supone distinciones en los requerimientos con
los cuales deben responder los profesionales y por lo tanto es necesaria la
idoneidad.
La American Psychological Asociation, sumando aportes de las
guías IASC desarrollaron el lineamiento de las intervenciones planteando los
siguientes ejes:
● Todo interventor de una comunidad
internacional debe trabajar por medio de una
organización humanitaria del país.
● Haber trabajado previamente en un
contexto de emergencia y desastre.
● Haber trabajado fuera de su propio
entorno sociocultural.
● Estar formado en las competencias
básicas en las intervenciones definidas por IASC.
● Tener comprensión de las políticas
públicas, comunitarias y los principios que ellas guardan.
● Tener una invitación por escrito de
la nación, provincia, u organización establecida para trabajar en el país o
población.
● No enfocar sus intervenciones de
forma inicial en el trabajo clínico, sino proporcionar el apoyo a los programas
de nivel general que incluyen el traspaso de habilidades que puedan ser
replicadas por el personal de la localidad.
● El psicólogo emergencista debe
poseer una mirada multicultural, por lo cual se excluye de todo programa
acciones que se enfoquen en una sola religión que oriente el accionar. Ejemplo:
incluir oraciones religiosas en los protocolos de actuación.
● Deberá el psicólogo emergencista o
emergentólogo, posicionarse de manera multicultural orientando todo su trabajo
al respeto por toda la singularidad de la población interviniente por lo cual
el análisis correcto del Cross cultural será el paso crucial previo a todo
desarrollo de intervención.
● No se permite la imposición de un
diagnóstico o enfoque, así como la traducción de elementos técnicos y su
ejecución de forma descontextualizada a la cultura, población, puesto que esto
es perjudicial para las mismas.
● La investigación en el campo, se
someterá a las regulaciones vigentes, en cuanto además demandan el uso de
consentimientos.
Todo psicólogo Emergencista o
emergentólogo, además de responder a los códigos de ética, leyes nacionales,
políticas públicas y lineamientos internacionales debe responder a los pilares
de su rol, el cual desarrolla todo su accionar sobre los cimientos de la
confianza, base de sus respuestas y formación. La confianza se respira por la
piel del emergentólogo, y se transmite en un conjunto de actos que hacen que la
actuación sea impecable, no es una actuación adornada, es una praxis de ética,
formación e idoneidad que se despliega en función de un otro al cual asistir.
Los pilares son:
● Integridad: Es ser congruentes, es
hacer lo que se dice en base a acciones acordes a valores y creencias. “Aquí el
fin no justifica los medios”, ser íntegros es ser honestos, es ser quienes
decimos que somos realmente, y por tanto se debe ser congruente entre las
intenciones y el comportamiento, recordando que ser íntegros es un valor
íntimamente relacionado con la humildad y el coraje de hacer lo correcto.
● Intención: Es el motivo para hacer
las cosas, ellos gobiernan la conducta del Emergencista, es lo que impulsa a
toda la acción. En emergencia es el deseo sincero de ayudar al otro, sus
objetivos, sus valores, lo que le importa al interventor radican en este deseo,
puesto que es la conexión profunda entre el desempeño y la preocupación por la
persona con la que se interviene, aquí no hay motivos ocultos o prioritarios en
función del ego, el emergencista trabaja siempre en función del otro en riesgo
y ese es el beneficio mutuo entre su accionar y su praxis.
● Competencias: habilidades que
tenemos y que nos capacitan para abordar con éxito los retos a los que nos
enfrentamos, nuestro talento, actitud, conocimientos y estilo a la hora de
hacer las cosas., éste principio es sumamente importante, puesto que el
aprendizaje continuo y la capacitación para poder enfrentar los distintos retos
se actualizan a medida que los escenarios críticos emergen, lo cual demanda
ajustes de formación constantes y continuos para estar acordes a la respuesta
óptima y necesaria.
La competencia es un relato entre
las habilidades, el talento, la actitud, y el conocimiento.
● Resultados: Orientado al éxito de
los resultados, lo cual se relaciona con la Reputación, jamás dejará de lado la
autocrítica en la intervención, así como el reconocimiento de los éxitos de los
otros.
La intervención jamás será
improvisada, se planificará de manera responsable todo el accionar, puesto que
ningún interventor sea este voluntario o
profesional, quedará eximido de las responsabilidades éticas y legales al
realizar una interacción con una víctima.
Todo interventor obedece a límites y
encuadres legales, que podrán ser exigidos por la justicia en caso de ser
necesarios, se lo podrá llamar a dar testimonio, así como debiera en caso de
ser solicitado dar respuestas de sus actos, y prácticas en terreno.
Por tanto los resultados tendrán en
cuenta que de ellos depende la credibilidad del equipo así como la
responsabilidad de toda acción, de la cual los voluntarios no están exentos los
cuales además deben estar debidamente capacitados para no incurrir en
salvajismo, ni intervenciones iatrogénicas que provoquen daños en la población.
Los distintos recursos necesarios al
momento de intervenir señalan la necesidad inminente de asumir que muchas veces
las buenas intenciones al intervenir sin la formación adecuada pueden hacer
mucho más daño que beneficio en las poblaciones, cualquier acción que se
realice bajo la suspicacia inescrupulosa que obvie los lineamientos será un
transitar tenebroso en el que el engaño prime antes que el resguardo del otro
en situación de riesgo y vulnerabilidad.
En tanto a los aspectos legales, el
código Civil de la República Argentina, encuadra las prácticas en Psicología a
las profesiones contempladas como liberales; las cuales se rigen por lo
establecido en el artículo 1768. El cual contempla las conocidas como “mala
praxis”.
Es necesario saber que en todo
accionar si hay responsabilidad civil, así como también habrá responsabilidades
penales en caso de que se induzca conducta o delito, y administrativas en caso
de que los profesionales trabajen para una institución o para el estado. Habrá
responsabilidad general, en todo accionar en el cual existan normativas
específicas, entendiendo que el derecho comprende como un agravamiento de la
responsabilidad que conlleva una negligencia por operar sin ser idóneo en un
campo.
Reflexiones finales
A partir de
todo lo expuesto, queda en evidencia porqué el campo de actuación de un
Psicólogo en Emergencia es distinto de un Psicólogo clínico, entre otras cosas
por los tiempos que comprende su actuación, encuadre, métodos, objetivos y
herramientas dándole a los primeros una especificidad única.
Sin embargo,
es importante recordar que como todo Psicólogo ejerciendo como tal, se ve
limitado indefectiblemente por las normas y leyes que moderan y regulan su
actuación. Estas leyes no solo abarcan, como ya mencionamos las propias del
Código Civil, sino las propias normas deontológicas de la Fe.P.R.A. Toda
intervención en Emergencia, ya sea presencial o telefónica, debe respetar los
principios generales: respeto a los derechos y la dignidad de las personas, la
competencia, la integridad, la responsabilidad social, el secreto profesional,
etc.
Tener presente
estos principios deontológicos es imprescindible dado que, en la actuación en
Emergencia, el psicólogo se encuentra frente una persona en una situación de
crisis, en un estado de extrema vulnerabilidad psíquica. Es en este momento
donde se pone en juego la Ética personal de cada profesional, reconociendo su
idoneidad en la situación, así como sus limitaciones siendo consciente de la
responsabilidad que conlleva su accionar ya sea por acción u omisión.
Esta capacidad
de auto observarse en contexto, le permitirá lograr ejercer su rol de la forma
más efectiva y eficaz posible, como así también cuidarse a sí mismo, evitando
posicionarse en lugar de omnipotencia o súper héroe. Logrando ser consciente de
sus procesos internos, y pudiendo llevar adelante las acciones necesarias para
su autocuidado, sin perder de vista su propio bienestar psíquico/emocional, y
por ende, la de todo su entorno laboral y afectivo.
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