lunes, 1 de junio de 2020

 



La salud agoniza

Lic. En Psicología Kasten D. Carla Agostina


La salud mental agoniza, trastabilla, no con obstáculos microscópicos que produce el Covid-19 que nos amenaza con la finitud y la muerte; lo hace con el ninguneo de su necesidad, con la ausencia de un estado que se vio superado frente al incidente crítico, que excedió cualquier recurso capaz de amparar al pueblo, de proteger a los profesionales,  de dar un lugar que los habilite dando espacio a su idoneidad y formación para poder hacer ejercicio de sus profesiones olvidando que detrás de cada médico, enfermero, psicólogo y de todo equipo había y hay  “humanos” y también “pueblo”.

La salud mental, intenta respirar dando lentas bocanadas de aire, con espasmos dolorosos que desfallecen ante el ninguneo, y el desconocimiento de su necesidad, de su lugar dentro de la “salud” ; convulsiona con un código de ética que demanda que los “Psicólogos” asistan en tiempo de pandemia; pero con colegios y grupos hipócritas, que hacen caso omiso  al resguardo de la labor; que olvidan aun desconociendo su propias líneas, que la formación es crucial y  hace al ejercicio del profesional idóneo. Obvia lo necesaria que es la especialización, para trabajar con otro padeciente; cae al fondo del letargo del que solo recibe asistencia cuando se piensa tras de ella un posible lucro, o una posibilidad de sacar algún rédito ególatra, sin importar el precio a pagar si sirve a los fines, si da visibilidad.

Mientras el tiempo avanza, voluntarios, colegas, futuros colegas, e intervinientes de todo el país nos seguimos abrazando con fuerza, aferrándonos como podemos, como se puede a la profesión y al servicio pero por sobre todo a “ese otro” que hoy no puede más, que araña lo poco que puede, que deja todo y se expone, que pone sapiencia, cuerpo, corazón y toda la estabilidad que puede y le resta en pos del cuidado de lo que sabemos y conocemos como salud. Salud mental.

La Pandemia como escenario Catastrófico, trajo aparejado con su llegada muertes reales por contagio del virus, y muertes simbólicas al excluir de todo lugar posible el cuidado de la Salud mental; ¿Cuántas formas de matar a alguien existen? Muchas más, de las posibilidades de finitud biológica:

         Matamos a alguien cuando lo exponemos a trabajar en contexto de riesgo laboral sin equipos que los protejan; pabellones de servicios penitenciarios, servicios de salud mental enteros, asistencia en barrios sin los equipos de bioseguridad.

         Matamos a alguien, cuando lo sometemos a jornadas extremas sin posibilidad de descanso, bajo la “amenaza” de dejarlo “cesante” “separado” del cargo por desacato.

         Matamos a alguien, cuando ninguneamos la idoneidad, cuando hacemos oídos sordos a nuestras limitaciones, y anteponemos nuestro propio beneficio al de los posibles afectados.

         Matamos a alguien, impidiéndole trabajar, negándole el acceso a sus puestos de trabajo sin alternativa de solución, dando con esto espacio al hambre, a la incertidumbre, y al abandono del laburante que por años se quemó las pestañas formándose para el ejercicio.

         Matamos a alguien, cuando permitimos que las obras sociales descrean la necesidad del trabajo, el pago de los servicios prestados, y se resta el valor de la labor por adaptarse al escenario; adaptándose a las circunstancias a pesar de que la incertidumbre nos coma los huesos.

         Matamos a alguien cuando le pedimos se inmole por servicio, descartando el valor de la vida y de su profesión en aras de una exposición extrema al ambiente hostil.

         Matamos a alguien, cuando le arrebatamos la vía de acceso directo a sus ingresos, y no hacemos algo para que tenga ingresos dignos por una tarea realizada, excluyéndolo de acceso a posibilidades que al resto del pueblo si se conceden.

Pero por sobre todas las cosas, “matamos a alguien” cuando somos cómplices, y aguardamos en silencio y pasividad, donde nos limitamos a expiar culpas y relegar en otros responsabilidades; sin dar posibilidad a la palabra, sin dar circulación pública exponiendo la hipocresía organizada que desplaza y aplasta olvidándose de todo.

El covid-19 exigió para su afrontamiento respuesta inmediata del sistema sanitario, la estabilización de los infectados y la priorización de lo biológico antes que lo psíquico en un discurso que se instauró y repitió como una constante, es entendible la priorización de la estabilización médica, pero ¿es invisible la importancia de la salud mental en la vía de cuidado y factor de la salud física?

Detrás de cada enfermo un cuerpo médico, detrás de cada nosocomio un equipo de salud mental que fue vapuleado: capacitaciones de los que se excluyó a psicólogos, cuidados estructurales que llegaron por videos, requerimientos de ultima hora, y equipos enteros quemados, sin recursos en los cuales recayó toda demanda de respuesta; rápida ágil, “a la altura”.

Detrás de cada enfermo, una familia esperando con gran angustia por las novedades

en el mejor de los casos, cuando el sistema defensivo responde y el afectado puede

dar batalla al virus.El letargo tras el coma, que no solo corta la consciencia del “enfermo infectado” si no que arrebata a los familiares cualquier tipo de nexo que alimenta la esperanza de  “un volver” que se tiñe de una inmensa incertidumbre expectante de ver salir, de un abrazo al llegar.

¿Y detrás de los equipos? El silencio, el vacío, la demanda cosificando, robotizando al otro, a toda subjetividad, descansos inexistentes, corredores sanitarios imposibles, trajes protectores hechos con bolsas de basura y planchita, videos y jornadas al rescate, ingresos económicos cayendo, costos de equipos para “estar cuidados” taladrando los bolsillos de los profesionales sin una cuota de piedad o posible oxigenación por parte del estado.

Voluntariados, cayendo por el temor, por la falta de infraestructura que acompañe, trascendiendo cualquier tipo de delimitación por la poca accesibilidad de alguien que sostenga, que intervenga y que acompañe la “vivencia de privación” que el aislamiento fue despertando.

Un pueblo que creyó enloquecer, en una situación inesperada con un sin fin de respuestas esperables para la situación que no lo era, con factores concomitantes que proyectaron lentamente nuevas crisis y avatares cotidianos que pusieron en  jacke a toda la población.

Colegas luchando con pacientes en crisis, obras sociales comunicando no cubrir atención remota, hambre, desesperanza, crisis, temor, incertidumbre….

      Y en todo esto, el rescate, la asistencia, los lazos, la esperanza en recursos y nexos, en posibilidades hechas lucha, notas, cartas, llamadas, líneas de escucha, firmas y pedido de visibilidad incansables. La salud mental agoniza, la emergencia sanitaria exige interdisciplina, idoneidad, respeto, y como nunca demostró el amor por los campos que salían con nuestros limitados recursos a ofrecer todo, y mucho más.

El escenario es catastrófico, los recursos son limitados, el virus del pánico que acompañó el escenario de la pandemia, y el daño social extremo, mientras los números en nuestro país crecen día a día ; el número de muertes simbólicas, y el aumento de los cuadros exacerbados por el aislamiento  nos recuerda, que el estrés sostenido en el tiempo era un punto del que estar atentos, que el distanciamiento físico  en seres sociales tiene consecuencias y costos que resienten nuestra cotidianidad, que la incertidumbre del mañana también enferma, y que todo profesional es una persona con una valía que eligió ser quien es por amor a un campo, donde hoy el ejercicio lo expone, y enfrenta a quedar de lado sin posibilidades.

Según la O.M.S  hablar de salud, es habilitarse a pensar en ella como el estado completo de bienestar, físico, mental y social, y no solo la ausencia de las enfermedades, me pregunto si realmente estamos pensando en ella al hablar hoy en el escenario de Pandemia.

 La pandemia nos ha llenado de muchas preguntas, quizás algunas reflexiones, tal vez todo punto reflexivo nos lleve a pensar como fuimos poniendo en juego a los intervinientes y profesionales, en esta lotería de ganarle al Covid-19 donde se nos exige ganar-ganar sin pensar en los costos y riesgos que demanda alcanzar una posible meta que nos permita continuar.


viernes, 15 de mayo de 2020

Ética en la intervención en el campo: Urgencia, Emergencias y Catástrofes.


   
  Lic. En Psicología Atienza, Susana - San Juan 
 Lic.En Psicología Bardelli, Fiorela -  Córdoba 
 Lic.En Psicología Kasten Duarte, Carla. -Formosa

Cuando nos referimos al campo de la Urgencia, Emergencia y Catástrofes,hacemos alusión a una más de las múltiples áreas donde pueden desempeñarse los psicólogos. Quizás una de las más nuevas e incipientes, por lo que suelen generarse confusiones con respecto a las normas y leyes que la regulan.

Este campo de la Urgencia, Emergencia y Catástrofe se caracteriza por ser ejercido en una situación donde un evento disruptivo ha atravesado a uno o varios sujetos afectándolos en distintos grados en todo su ser biopsicosocial. Al ingresar el Psicólogo en esta dinámica es que pone en juego su propia salud mental, por lo que se vuelve aún más evidente la necesidad de intervenir con un encuadre bien establecido.

Entendemos como víctimas en este campo, a aquellos afectados en distintos órdenes, ya sea de manera directa o indirecta, personas en las que un incidente crítico, irrumpió en sus vidas, y con quienes se va a intervenir con el objetivo principal de proteger, prevenir y resguardar la aparición de trastornos mentales consecuencia del evento vivenciado.

El psicólogo capacitado para intervenir en estas situaciones, llamado Psicólogo emergentólogo o emergencista, es un profesional del campo de la salud mental, con un título habilitante de “Licenciado en Psicología” y una formación y práctica específica cuya especialidad lo dota de herramientas, técnicas, métodos y recursos para intervenir en situaciones críticas.

Entonces, estos Psicólogos Emergentólogos ¿poseen el mismo posicionamiento al de la psicología clínica? ¿se interviene de la misma forma? No, el posicionamiento, el despliegue de recursos, la ética, el ejercicio y la formación son muy singulares, y obedecen a estrictos lineamientos.

Su especialidad es la idónea para la intervención en escenarios donde el posible riesgo vital se entrelaza con una desorganización psíquico-emocional que puede expresarse en múltiples y diferentes maneras y reacciones, exponiendo al profesional a exigencias que pueden poner en riesgo su propia salud mental. Por lo tanto, los Psicólogos que se dedican a este campo tienen un perfil diferente, flexible, proactivo, nutrido de múltiples técnicas, métodos, y articulados en equipos de respuesta inmediata donde se exponen al encuentro in situ con situaciones límite.

 

Pilares éticos

 

Toda la actuación de un Psicólogo emergentólogo o emergencista, se realiza en un contexto de constante desafío, donde los tiempos son restringidos, y cuya relación con la ética es muy estrecha, los constantes riesgos en la intervención demandan la exigencia de lineamientos esenciales, a fin de no ocasionar con la iatrogenia conflictos, o daños mayores en las víctimas.

 

La regulación desde el ámbito de la psicología en contexto de Emergencia y desastres.

 

Responde en primera instancia a la establecida por los códigos de ética que rigen a los distintos colegios del mundo. Todo interventor que se disponga a actuar en una catástrofe no está exento de ellos, no olvidando que los mismos incluyen y no obvian aquellos aspectos que resguardan: confidencialidad, competencia y la dignidad de las víctimas como ejes que regulan todo el trabajo del psicólogo.

Es importante dimensionar y asumir, que la dinámica de los desastres, supone distinciones en los requerimientos con los cuales deben responder los profesionales y por lo tanto es necesaria la idoneidad.

La American Psychological Asociation, sumando aportes de las guías IASC desarrollaron el lineamiento de las intervenciones planteando los siguientes ejes:

       Todo interventor de una comunidad internacional debe trabajar por medio de una  organización humanitaria del país.

       Haber trabajado previamente en un contexto de emergencia y desastre.

       Haber trabajado fuera de su propio entorno sociocultural.

       Estar formado en las competencias básicas en las intervenciones definidas por IASC.

       Tener comprensión de las políticas públicas, comunitarias y los principios que ellas guardan.

       Tener una invitación por escrito de la nación, provincia, u organización establecida para trabajar en el país o población.

       No enfocar sus intervenciones de forma inicial en el trabajo clínico, sino proporcionar el apoyo a los programas de nivel general que incluyen el traspaso de habilidades que puedan ser replicadas por el personal de la localidad.

       El psicólogo emergencista debe poseer una mirada multicultural, por lo cual se excluye de todo programa acciones que se enfoquen en una sola religión que oriente el accionar. Ejemplo: incluir oraciones religiosas en los protocolos de actuación.

       Deberá el psicólogo emergencista o emergentólogo, posicionarse de manera multicultural orientando todo su trabajo al respeto por toda la singularidad de la población interviniente por lo cual el análisis correcto del Cross cultural será el paso crucial previo a todo desarrollo de intervención.

       No se permite la imposición de un diagnóstico o enfoque, así como la traducción de elementos técnicos y su ejecución de forma descontextualizada a la cultura, población, puesto que esto es perjudicial para las mismas.

       La investigación en el campo, se someterá a las regulaciones vigentes, en cuanto además demandan el uso de consentimientos.

 

Todo psicólogo Emergencista o emergentólogo, además de responder a los códigos de ética, leyes nacionales, políticas públicas y lineamientos internacionales debe responder a los pilares de su rol, el cual desarrolla todo su accionar sobre los cimientos de la confianza, base de sus respuestas y formación. La confianza se respira por la piel del emergentólogo, y se transmite en un conjunto de actos que hacen que la actuación sea impecable, no es una actuación adornada, es una praxis de ética, formación e idoneidad que se despliega en función de un otro al cual asistir. Los pilares son:

 

       Integridad: Es ser congruentes, es hacer lo que se dice en base a acciones acordes a valores y creencias. “Aquí el fin no justifica los medios”, ser íntegros es ser honestos, es ser quienes decimos que somos realmente, y por tanto se debe ser congruente entre las intenciones y el comportamiento, recordando que ser íntegros es un valor íntimamente relacionado con la humildad y el coraje de hacer lo correcto.

       Intención: Es el motivo para hacer las cosas, ellos gobiernan la conducta del Emergencista, es lo que impulsa a toda la acción. En emergencia es el deseo sincero de ayudar al otro, sus objetivos, sus valores, lo que le importa al interventor radican en este deseo, puesto que es la conexión profunda entre el desempeño y la preocupación por la persona con la que se interviene, aquí no hay motivos ocultos o prioritarios en función del ego, el emergencista trabaja siempre en función del otro en riesgo y ese es el beneficio mutuo entre su accionar y su praxis.

       Competencias: habilidades que tenemos y que nos capacitan para abordar con éxito los retos a los que nos enfrentamos, nuestro talento, actitud, conocimientos y estilo a la hora de hacer las cosas., éste principio es sumamente importante, puesto que el aprendizaje continuo y la capacitación para poder enfrentar los distintos retos se actualizan a medida que los escenarios críticos emergen, lo cual demanda ajustes de formación constantes y continuos para estar acordes a la respuesta óptima y necesaria.

La competencia es un relato entre las habilidades, el talento, la actitud, y el conocimiento.

       Resultados: Orientado al éxito de los resultados, lo cual se relaciona con la Reputación, jamás dejará de lado la autocrítica en la intervención, así como el reconocimiento de los éxitos de los otros.

La intervención jamás será improvisada, se planificará de manera responsable todo el accionar, puesto que ningún  interventor sea este voluntario o profesional, quedará eximido de las responsabilidades éticas y legales al realizar una interacción con una víctima.

Todo interventor obedece a límites y encuadres legales, que podrán ser exigidos por la justicia en caso de ser necesarios, se lo podrá llamar a dar testimonio, así como debiera en caso de ser solicitado dar respuestas de sus actos, y prácticas en terreno.

Por tanto los resultados tendrán en cuenta que de ellos depende la credibilidad del equipo así como la responsabilidad de toda acción, de la cual los voluntarios no están exentos los cuales además deben estar debidamente capacitados para no incurrir en salvajismo, ni intervenciones iatrogénicas que provoquen daños en la población.

 

Los distintos recursos necesarios al momento de intervenir señalan la necesidad inminente de asumir que muchas veces las buenas intenciones al intervenir sin la formación adecuada pueden hacer mucho más daño que beneficio en las poblaciones, cualquier acción que se realice bajo la suspicacia inescrupulosa que obvie los lineamientos será un transitar tenebroso en el que el engaño prime antes que el resguardo del otro en situación de riesgo y vulnerabilidad.

En tanto a los aspectos legales, el código Civil de la República Argentina, encuadra las prácticas en Psicología a las profesiones contempladas como liberales; las cuales se rigen por lo establecido en el artículo 1768. El cual contempla las conocidas como “mala praxis”.

Es necesario saber que en todo accionar si hay responsabilidad civil, así como también habrá responsabilidades penales en caso de que se induzca conducta o delito, y administrativas en caso de que los profesionales trabajen para una institución o para el estado. Habrá responsabilidad general, en todo accionar en el cual existan normativas específicas, entendiendo que el derecho comprende como un agravamiento de la responsabilidad que conlleva una negligencia por operar sin ser idóneo en un campo.

 

Reflexiones finales

         A partir de todo lo expuesto, queda en evidencia porqué el campo de actuación de un Psicólogo en Emergencia es distinto de un Psicólogo clínico, entre otras cosas por los tiempos que comprende su actuación, encuadre, métodos, objetivos y herramientas dándole a los primeros una especificidad única.

         Sin embargo, es importante recordar que como todo Psicólogo ejerciendo como tal, se ve limitado indefectiblemente por las normas y leyes que moderan y regulan su actuación. Estas leyes no solo abarcan, como ya mencionamos las propias del Código Civil, sino las propias normas deontológicas de la Fe.P.R.A. Toda intervención en Emergencia, ya sea presencial o telefónica, debe respetar los principios generales: respeto a los derechos y la dignidad de las personas, la competencia, la integridad, la responsabilidad social, el secreto profesional, etc.

         Tener presente estos principios deontológicos es imprescindible dado que, en la actuación en Emergencia, el psicólogo se encuentra frente una persona en una situación de crisis, en un estado de extrema vulnerabilidad psíquica. Es en este momento donde se pone en juego la Ética personal de cada profesional, reconociendo su idoneidad en la situación, así como sus limitaciones siendo consciente de la responsabilidad que conlleva su accionar ya sea por acción u omisión.

         Esta capacidad de auto observarse en contexto, le permitirá lograr ejercer su rol de la forma más efectiva y eficaz posible, como así también cuidarse a sí mismo, evitando posicionarse en lugar de omnipotencia o súper héroe. Logrando ser consciente de sus procesos internos, y pudiendo llevar adelante las acciones necesarias para su autocuidado, sin perder de vista su propio bienestar psíquico/emocional, y por ende, la de todo su entorno laboral y afectivo. 

 

 


lunes, 27 de abril de 2020

Morir en Pandemia. Una tarea para valientes.

Morir en Pandemia. 
Una tarea para valientes.

Florencia Rosa Cafarelli 
Técnica Superior en Psicología Social. 
Instructora en Socorrismo en Zonas Agrestes y Urbanas. 
Monitorea y certifica zonas Cardio Segura. Bombero. Payamedico. 
Estuvo a cargo del Departamento de Psicología de la Emerencia en la Federación Entrerriana de Bomberos Voluntarios. Actualmente se encuentra trabajando en el Área de Capacitación de la Administración de Parques Nacionales.





Morir tiene sus lujos. 

Definitivamente morir es un suceso de por si estresante, donde no se terminan de comprender los misterios de la muerte, que nos confronta irremediablemente a los misterios de la vida. 
Cuando esto sucede, transitamos diferentes sentimientos y etapas normales del duelo, que se van entremezclando y estrechando entre sí. Algunas aparecen de inmediato, y otras se van a ir apareciendo a medida que pasa el tiempo, y el dolor disminuye pero no deja de existir. Se transforma, como todo en la vida. 
Dicen los que saben, que hay un tiempo. Otra vez el tiempo que va y viene, y nos atraviesa como una daga (ya que estamos, lo hacemos temático). 

Morir de por sí es un negocio. Donde no se tiene dignidad y empatía a la hora de lucrar y sacarte hasta el último peso. Sobre todo, porque tenes el alma tan rota y los ojos tan llenos de dolor, que ni siquiera podes leer las letras chicas. Dependiendo del bolsillo del consumidor, claro está! No es lo mismo no tener un mango que haber ahorrado unos pesos que te permiten morir con dignidad, porque morir no es un acto individual y egoísta, sino colectivo y público. 

Las ceremonias y rituales, porque sean cuales sean, todos las tenemos. Compartir el dolor de la pérdida con otro, hace que nos confrontemos con nuestros propios sentimientos. Intentaremos aceptarlos, o por lo menos, se nos pone el suceso frente a los ojos y no podemos escaparle por mucho tiempo. 

Usualmente, morir tiene sus lujos. Pueden hacernos un catering interesante aunque no puedas tragar nada, con bebidas calientes y frías pa´ bajar el bocado. Pueden ponernos transporte: uno confortable para los dolientes y uno para el occiso (ah!! Esta palabra la escuche del camillero que buscaba al muerto del hospital para llevarlo a la cochería), para que vaya cómodo hasta la morada final. También retiran el cuerpo de donde esté y te lo llevan a donde queres. Eso es bueno.!!! También te asesoran para realizar la documentación correspondiente para que “esa persona que en vida era”, pase a ser un “difunto” en un papel frío para que presentes donde gustes. Luego te ofrecen diferentes tipos de cajones (la parte donde te preguntan el peso y la altura es too much), música instrumental, parcelas privadas, urnas de diferentes formas y flores o coronas. Nada es al azar, todo está fríamente calculado. Maravilloso negocio, no sé por qué no se me ocurrió! 

Pero en tiempos de pandemia, la cosa tiene sus vericuetos. 

Morir en pandemia tiene sus contratiempos. Muchos sitios cerrados, médicos ausentes por la cuarentena, teléfonos que dejan de ser atendidos y la lista es larga. A todo esto se le suman los laberintos de transitar por la city. De por sí, hay que pasar los controles de “sanidad”. Largas colas de autos, personas con barbijos, planillas y conos. Donde, por supuesto, no es lo mismo transitar en vehículo propio que en transporte público. Cuando uno, apenas con las habilidades para manejar, llega a los controles y debe justificar el paso, puede pasar cualquier cosa. En transporte público los tiempos cambian, debido a que hay que esperarlos largos minutos, que se vuelven horas eternas de ida y vuelta. 

Al llegar a la barricada te aborda el personal correspondiente, y te solicitan los permisos y la documentación necesaria que cuesta muuuucho conseguir, y que no es tarea fácil. Donde una expone con el corazón en la mano lo sucedido y rogas con la mirada que te permitan pasar. Luego se presenta la documentación impresa, el permiso si dispones de impresora, porque, obviamente, todos los negocios están cerrados. Si no tenes impresora, lo llevas en el celular y no te quedes sin batería porque no regresas a tu casa. 

Una vez que transitas por la ciudad de los zombies, llegas al sanatorio/hospital. Te informan del sucedo, de los pasos a seguir y te envían a un sector “privado”. Ese sector recibe los insumos del hospital, por allí se retiran los residuos y, por supuesto, de allí sacas a tu muerto. Claramente, separamos a los muertos de los vivos, no sea cosa que la mezcla nos confunda un poco más. Finalmente, te dan un turnito para retirar al occiso y todo arreglado. 

Una vez hecho el trámite inicial de cuasi retiro, seguimos con los pasos necesarios con la casa de sepelios (previo ir y venir pasando controles). Ahí todo se vuelve formal, porque aún no te sacaron la plata, entonces la cosa se pone linda de por sí. Te abordan con amabilidad y te informan que por esto de la Pandemia te hacen un pequeño descuento porque no es posible el encuentro social. Entonces te descuentan unos pesitos! Esta es la mía dije!!! El catering no va, el transporte de los dolientes no va, las flores no van, el cajón no sabemos si va, pero te hacen el trámite en el registro civil y te lo envían por mail!!! Guauuuuuuuuuuuuu, me dije, como si los documentos electrónicos los hubieran inventado ellos y te dan un servicio extra. 

Te piden documentos, sacan fotocopias, firmas permisos, y pagas una interesante suma de dinero por un servicio limitado, pero te llevas la sorpresa cuando pedís la factura. Primero te dicen que después te la dan, y finalmente no te dan nada, porque deberías haber pagardo la suma del 21% más que que nunca me negué a pagar. Entonces, gracias pero no quiero una factura, porque te voy a denunciar. 

Una vez realizado el pago, el trato cambia. Hay más apuro por terminar con las preguntas, ya no te abren la puerta para que te retires, la cosa es el pago y vos ya pagaste. Nuevamente debes atravesar los controles con la misma odisea que hace unas horas, pero más abatido porque vos sabes como es la cosa, pero no pensábamos que era para tanto. 

Luego, ellos se encargan del asunto del traslado. Lo llevan a donde quieras, etc, etc. Te avisan en unos días como va la cosa. Recordemos que todos los involucrados en la logística están de teletrabajo, menos la casa de sepelios obvio!, Ellos atienden en vivo y en directo. Otras personas de la cadena se encuentran trabajando desde sus casas, con una guardia mínima, que cambia para que todos trabajen. Por ende, la persona que te atendió hace un rato es diferente a la que atendió ayer y la que te atenderá mañana. Entonces y concluyendo, no saben nada de nada y te confunden a cada rato. 

Lo más importante, es que no se pierda el difunto, por favor!. En este punto me guardo el comentario. Para finalizar, y porque no todo está perdido, quiero que sepas que, Duele….y… “¿Por qué duele?. Duele porque te amo y porque no te tengo… duelo”. Dedicado a todas las personas que con empatía, saben acompañar a los familiares con respeto y amor, porque sabes una cosa, todos vamos a transitar por ese camino y espero que no te encuentres solo y triste. ¡Gracias! 

miércoles, 22 de abril de 2020

Psicoterapia Breve y de Emergencia: ¿como y cuando?


        Psicoterapia Breve y de Emergencia:
 ¿como y cuando?

Lic.  en Psicología Luciana Ferreyra


Hola. Mi nombre es Luciana Ferreyra, Psicóloga de la Ciudad de Pérez, de la Provincia de Santa FeArgentina. Diplomada en Violencia, Maltrato y Abuso Sexual infantil. Cursando actualmente Master en Psicología en Emergencias y Urgencias de Universidad de España. Comencé mi recorrido por Psicología en Emergencia en 2017, cuando junto con una colega de muchísima experiencia acompañamos a los Bomberos Voluntarios de mi Ciudad a transcurrir ese difícil momento en un contexto de gran dificultad. El accidente frontal de dos colectivos y con varias víctimas fatales.

 Reconociendo mi interés por la especialidad y transcurriendo el último año de facultad fue que decidí realizar la Tesis final de carrera sobre Psicología en Emergencias con Bomberos Voluntarios. Finalizando la carrera y aprobando la tesina con el promedio más alto, aprovecho para agradecer a los Bomberos de Pérez, grandes profesionales y directora de Tesis, Andrea Espinosa. 
Fue en ese entonces donde comencé un recorrido de formación y experiencia en el campo. Dentro de la formación teórica que corresponde a la Psicología en Emergencias, se encuentra un gran abanico de posibilidades de intervención, siendo esta una controversia que se presenta para los profesionales a la hora de actuar en dicho campo, el cual cabe destacar que es importante tomar como especialidad y capacitarse para el mismo. Esto nos ayuda a pensar y repensar como Psicólogos el rol activo que debemos tener en los ámbitos de emergencias, pero eso no quiere decir que cualquier colega pueda intervenir sin poseer el contenido técnico, teórico y práctico.
 Dentro de mis intereses en el trabajo sobre Emergencias, surge la necesidad de hablar sobre Psicoterapia Breve. Psicoterapia que puede ser aplicada a los afectados por situaciones de emergencias, urgencias o catástrofes. Víctimas de la situación o personal de primera respuesta que presente síntomas de relevancia para actuar. 

El terreno de la Psicoterapia Breve y de Emergencia: 


La psicoterapia de emergencia, según Bellak y Small (1970) algunas otras formas de psicoterapia rápida y una serie de medidas estrechamente vinculadas con ellas, desempeñan en este caso un papel doblemente importante. Por un lado su importancia proviene de la escasez de personal competente para responder a las necesidades de la psicoterapia, capaz de dispensar una psicoterapia rápida que sea beneficiosa para los problemas más urgentes o por lo menos con los conocimientos elementales para efectuar el cambio entre una persona lisiada por algún desorden emocional pero que puede sobrellevarlo – aunque esto sea muy lejano de lo óptimo - hasta que en algunos casos sea posible realizar un tratamiento prolongado.

 Por otro lado la psicoterapia rápida también puede ser útil como medida preventiva: en muchos casos un tratamiento inmediato, aunque corto, impide que el malestar evolucione hacia una desadaptación grave que pueda llegar a ser una enfermedad crónica. Es por ello que, aunque el proponer que la psicoterapia se trunque sea un asunto serio, las razones que apoyan tal sugerencia no lo son menos. 

Definición de la Psicoterapia breve y de emergencia: 


La práctica de la psicoterapia rápida exige en especial que el terapeuta opere partiendo de un conjunto de hechos firmemente asentados y de hipótesis bien fundamentadas. La brevedad misma del tratamiento exige el máximo orden posible en cuanto a la precisión del pensamiento y la mayor economía en la intervención. 

La psicoterapia rápida o breve, deberá cumplir sus fines en el corto lapso que vaya de una a seis sesiones terapéutica, cada una del tiempo acostumbrado (40-45 minutos). Cuando los aspectos básicos del proceso terapéutico no se presentan (insight, elaboración), tiene que inventar alternativas.
 Por ello la psicoterapia rápida y de emergencia es propiamente una especialidad para el profesional experimentado porque requiere el empleo total e inmediato de sus capacidades. Este tipo de psicoterapia es una aplicación esforzada de la psicoterapia tradicional, que cobra vida por la situación vital del paciente o por el medio en el que se ofrece el tratamiento. La psicoterapia de emergencia es psicoterapia rápida aplicada en situaciones especiales de crisis y exigencia. 

Proposiciones teóricas básicas: 


La psicoterapia rápida tiene sus raíces en la teoría psicoanalítica ortodoxa. La orientación psicoanalítica, al parecer, es la que ofrece las hipótesis más sistemáticas disponibles, hipótesis que se prestan fácilmente a la verificación clínica y, a la larga, se espera a la verificación experimental, a ser modificadas o incluidas. Los procedimientos fundamentales de la psicoterapia rápida se derivan de la comprensión del comportamiento humano.


 Diferenciación del psicoanálisis 


Debemos diferenciar la psicoterapia rápida del psicoanálisis en términos de sus metas y de otros factores.


Metas: La psicoterapia de emergencia es un método de tratamiento para síntomas o desadaptaciones que exigen el alivio más rápido posible por su naturaleza destructora o peligrosa o por ejemplo en el caso de sucesos catastróficos. La meta de la psicoterapia rápida se limita a quitar o reducir un síntoma determinado, no se propone la reconstitución de la personalidad excepto en el caso de que cualquier intervención dinámica puede, y en eso hasta cierto punto, autónomamente conducir a alguna forma de reestructuración. En su orientación dirigida al síntoma, la psicoterapia rápida intenta mejorar la situación psicodinámica individual lo suficientemente para que se habilite para continuar una psicoterapia más extensiva. 

Los esfuerzos dirigidos-al-síntoma de la psicoterapia breve son necesariamente relativos. Aun en la psicoterapia intensiva uno no siempre reduce los síntomas al punto de la desaparición. Especialmente en la psicoterapia breve nos interesamos en grados de mejoría, con la meta de una dificultad subjetiva disminuida.

 Factores de tiempo: en la psicoterapia rápida el dolor o el peligro al que se expone al paciente requiere que la intervención sea inmediata con algún grado de alivio obtenido tan rápidamente cuanto sea posible, con gran frecuencia en la primera sesión terapéutica. Sin embargo, podemos considerar como terapia rápida o breve a un periodo que comprenda desde una hasta seis sesiones.


 Métodos: tradicionalmente el psicoanálisis emplea el método de la asociación libre para fomentar la determinación de la causalidad, para establecer la transferencia y para fomentar el insight basado en la interpretación derivada del material producido por la asociación libre.

 En la psicoterapia rápida la asociación libre en cuanto tal no es un instrumento esencial excepto en los casos en los que pueda surgir como respuesta a un determinado estimulo del terapeuta. se podría considerar la operación de la asociación libre como extendida a lo largo de un continuo en la psicoterapia, con un máximo grado logrado en el método psicoanalítico y con un grado más restringido operando en la situación de la psicoterapia rápida. 
En el psicoanálisis, la interpretación es el medio principal del analista para facilitar el insight. Esto es igualmente cierto en la psicoterapia rápida. Sin embargo, como veremos, la interpretación se modifica considerablemente en la práctica por las exigencias de la inmediatez de la situación. Con mucha frecuencia la interpretación se utiliza en situaciones en las que jamás se utilizaría asi en el proceso psicoanalítico. Y lo que es más importante, la interpretación- es decir, la interpretación psicodinámica- en la psicoterapia rápida va unida a otros tipos de intervenciones (medicas, de ambiente, etc). 
El análisis de la transferencia conflictual se considera como el aspecto curativo básico del proceso, en el cual se produce dentro de la situación analítica una repetición de la relación original con los padres o con otras personas allegadas.
 La transferencia positiva se fomenta y se da por supuesta. En la medida en que es posible se evita la emergencia de la transferencia negativa y solo se maneja en las raras ocasiones en las que, de alguna manera positiva, se puede relacionar con otras manifestaciones o cuando se interpone en el camino del progreso terapéutico.
 Indicaciones: La psicoterapia de emergencia está indicada para situaciones de dolor emocional agudo, para circunstancias seriamente destructivas y en los casos de situaciones que activamente ponen en peligro la vida del paciente o de otras personas.
 Las indicaciones para la psicoterapia breve se encuentran en :
- Lo agudo de la situación que se presenta o su relativa ligereza. 
- La circunstancia real del paciente.
- La naturaleza de la situación en la que la psicoterapia se hace accesible. 

Contraindicaciones a la psicoterapia rápida: si las circunstancias permiten un tratamiento mas prolongado, hay una serie de situaciones en las cuales una psicoterapia extensiva o el psicoanálisis clásico quedan como tratamiento por elegir. Las perturbaciones de carácter entran muy destacadamente en esta categoría. Estas suelen ser condiciones sutiles que no necesariamente causan una incomodidad lo bastante palpable como para generar una motivación muy buena para efectuar un cambio. 

Estos son algunos postulados respecto a la psicoterapia breve o de emergencia. Cada uno de sus factores presenta un gran desarrollo que potencia el desempeño profesional en el campo de emergencias. 

sábado, 18 de abril de 2020

Integración cerebral y emocional: "Múltiples opciones técnicas para trabajar con traumas"



Integración cerebral y emocional: "Múltiples opciones técnicas para trabajar con traumas"


Lic. Pamela Haedo. Psicóloga Terapeuta profesional especializada en EMDR ® y en técnicas de integración cerebral emocional. Prof. Formadora y supervisora.





Soy Psicóloga, desde corta edad me llamó la atención los traumas, quería que las personas saquen su potencial dejando atrás lo traumático.  Mientras estudiaba la carrera me he preguntado ¿Por qué si la ciencia avanzaba, porqué la psicología no?


 Recién recibida en 2005 fui a un congreso de psicotrauma, allí encontré lo que buscaba: Un método a partir del cual, los terapeutas siguiendo un protocolo y empleando movimientos oculares, podían integrar la angustia y la situación traumática que lo aquejaba al paciente. Se define parámetros con una escala del 0 al 10, donde 10 es la mayor molestia; al inicio de la sesión en la cual la molestia iniciaba en 10, al emplear el protocolo de Emdr® terminaba la sesión bajando la molestia en 0 o un número saludable a su preservación.


Me entrené con éste método EMDR® teniendo como base a la Psiconeuroinmunoendocrinología. Este es un abordaje, centrado en el paciente que permite que el terapeuta estimule los mecanismos de curación inherentes al propio sujeto; poniendo en marcha el sistema de procesamiento de información del cerebro. Así se toma en cuenta, los componentes fisiológicos de las dificultades emocionales, las sensaciones físicas, las creencias negativas y los estados emocionales de los síntomas que perturban al paciente. Logrando como resultado de la sesión trabajada, un cambio en las creencias, favoreciendo la instalación de los recursos que la persona necesita.





¿En qué se diferencia el Tratamiento con EMDR® y la terapia hablada o parlante?


Se descubrió que al pensar en un trauma o un recuerdo traumático, se activa en ese instante el hemisferio Derecho (HD), quien tiende a verlo en una forma mucho más negativa que el Hemisferio Izquierdo (HI). Esto provoca que los pacientes  estén en un círculo vicioso, ya que no sólo se activa el Hemisferio derecho, sino que se inactiva el Hemisferio Izquierdo, como resultado de ello; la persona no tiene acceso a los recursos, creencias positivas, sentimientos positivos, al optimismo y la familiaridad que le ayudarían a aliviar la experiencia traumática vivida y pasada.


Será nuestra función como terapeutas, abrirle la otra puerta al Hemisferio Izquierdo, a la conexión con los elementos almacenados en él, para tener una lectura más realista y adaptativa, a un aprendizaje y a la familiaridad que este hemisferio brinda. Éstas terapias de estimulación cerebral y emocional, al activar los hemisferios a voluntad, brindan la posibilidad de avanzar.


Una de las mayores ventajas,  por sobre otros abordajes quizás sea que están comprendidas dentro del campo de las denominadas: "psicoterapias breves", ya que posibilitan notar mejoras comprobadas en menos de 10 sesiones con una frecuencia semanal, y este cambio perdura en el tiempo.



EMDR® 


El EMDR ® (Movimientos Oculares de Desensibilización y Reprocesamiento)  es un método psicológico descubierto en 1987 por Francine Shapiro, psicóloga norteamericana,quien notó que los movimientos oculares voluntarios reducían la intensidad de la angustia de los pensamientos negativos.


Es decir, el Emdr® utiliza la estimulación bilateral de los hemisferios para tratar las dificultades emocionales,  lo que permite al sistema nervioso y al cerebro reprocesar la experiencia, lo mismo que ocurriría con el sueño REM (o sueño de movimientos de ojos ) que ayuda al material inconsciente a procesarlo. 


Es importante recordar, que es el paciente quien con su propio cerebro realizará la curación con ayuda del terapeuta que lo guiará, y que es el paciente quien estará en control. Es decir: el EMDR® es el reprocesamiento de las experiencias difíciles en la vida del sujeto, desde abusos sexuales, asaltos, desastres naturales hasta ataques de pánico, diferentes tipos de fobia, distintos trastornos somáticos crónicos, de ansiedad generalizada, etc. Aunque también se usa EMDR® para mejorar el rendimiento en el trabajo, en la escuela, en los deportes y en las interpretaciones artísticas.





Técnica de Liberación Emocional: Emotional Freedom Technique - Gary Craig®


El EFT™ es una nueva técnica desarrollada por un ingeniero de Stanford, California, USA en 1995. EFT™ ha probado ser altamente beneficiosa para aliviar tanto trastornos emocionales y mentales como físicos: dolores, alergias y enfermedades. 


Es simple de aplicar y memorizar, corrige rápidamente las perturbaciones energéticas, causa de los trastornos emocionales y/o físicos. Se la ha llamado la terapia del “milagro de un minuto”. Se la puede usar casi para cualquier problema: traumas, fobias, miedos, depresión, ansiedad, ataques de pánico, duelos, adicciones, conductas disfuncionales, problemas físicos: Cefaleas, dolor de espalda y otros malestares tienden a mejorar o desaparecer, así como el estrés de su vida cotidiana. Actúa también sobre otros cuadros más serios siempre y cuando se emplea cotidianamente., etc. Trae tranquilidad y calma a la vida del paciente y de su familia.


 Gary Craig® sostenía que: “la causa de todas las emociones negativas es una alteración en el sistema de la energía del cuerpo” y en consecuencia “nuestras emociones negativas no resueltas son las mayores responsables de la mayoría de los dolores y enfermedades físicas”. 


El EFT ™ trabaja directamente sobre el sistema de meridianos del cuerpo estimulándolos con una percusión o un suave masaje, tiene un protocolo de autoaplicación muy sencillo diseñado para ser usado por cada persona. 


Entre sus beneficios se puede notar que: Los terapeutas pueden hacer enormes avances en sus resultados introduciéndolo entre  sus procedimientos terapéuticos. En lugar de llevar meses o años de las convencionales “terapias parlantes”, EFT™ a menudo trabaja rápida y efectivamente en una o dos sesiones a veces en pocos minutos. 


Impresiones tempranas en estudios de imágenes cerebrales, sostienen la siguiente hipótesis: “Al estimular determinados puntos específicos eléctricamente en la piel, mientras al mismo tiempo se activa una imagen provocadora de ansiedad, se cambian conexiones neurológicas de la amígdala y otras estructuras cerebrales de una manera que reduce la respuesta de ansiedad a esa imagen".


Esta hipótesis es  sostenida por tres principios demostrados empíricamente (Energy Psychology Interactive) :


· Traer a la mente una imagen o recuerdo perturbadores produce temporalmente, una respuesta a intervenciones que alteran los circuitos activadores de estrés en la amígdala y otras estructuras cerebrales . (Plasticidad neural, Joseph LeDoux)


·         Un estudio de Harvard Medical School demostró que al estimular puntos de acupuntura específicos se envían señales que desactivan áreas del cerebro involucradas en la experiencia del temor y el dolor.


·  Los patrones de ondas cerebrales, que son marcadores de ansiedad generalizada u otros trastornos mentales han sido identificados, y como hemos visto, como mínimo un estudio preliminar sugiere que estimulando puntos de acupuntura mientras se traen a la mente imágenes provocadoras de ansiedad cambian estos patrones de ondas cerebrales. 


Estos principios trabajan al unísono de modo que al estimular eléctricamente ciertos puntos mientras se sostiene una imagen provocadora de ansiedad se envían (al cerebro) señales que normalizan los patrones de onda afectados.


Esta hipótesis es afirmada de la manera más reduccionista posible, y no descarta, sin embargo que correlatos emocionales, cognitivos e incluso espirituales  a los procesos, puedan ser descritos en términos neurológicos. Es de suponer en los hechos, que intervenciones efectivas que entren desde algunos de esos niveles puedan afectarlos a todos ellos.



TAT - (Técnica de Acupresión de TAPAS) 


Desarrollada en 1993 por Tapas Flemming, acupuntora de California, quien encontró una nueva forma de acupresión para ayudar a sus pacientes con alergias. Extendió la técnica usándola además para los problemas psicoemocionales, como trastornos de ansiedad, traumas y duelos.
  “La pose de TAT es una forma de decirle al cuerpo ¨mira esto otra vez¨, es una oportunidad de cambio, una nueva mirada. El flujo de energía en el cuerpo que está estancada es removida de los eventos del pasado y estos pueden ser integrados saludablemente en el sistema mente-cuerpo. La técnica  reúne las partes de una persona que han estado dispersas o congeladas en el tiempo favoreciendo que la persona pueda: integrar, armonizar, traer paz y unidad”.


La combinación de atención-activación de puntos (situados sobre la esquina interna de cada ojo y la parte occipital, donde se refuerza la visión)  le permite a la información llegar al cerebro, donde es integrada en el sistema cuerpo mente dando alivio emocional y físico. Las personas no tienen que tener un recuerdo visual de lo que pasó para usar TAT. Cuando la persona revive el trauma, se integra física, mental y emocionalmente en pocos minutos.





Hipnosis Eriksoniana



La Hipnosis Eriksoniana durante la cual la consciencia se disocia del inconsciente. Es una herramienta terapéutica eficaz que se puede utilizar dentro de una variedad infinita de esquemas terapéuticos. La hipnosis puede servir para tratar una conmoción crónica y recuperar recuerdos amnésicos que estén presentes en fragmentos perturbadores a fin de integrarlos y así ayudar al paciente a cambiar sus imágenes interiores y sentimientos.


Al haber  un recuerdo no procesado se realiza los cambios necesarios en esas situaciones perturbadoras, las emociones almacenadas en forma disfuncional y las sensaciones físicas son experimentadas de otra manera facilitando la resolución adaptativa de los recuerdos y del presente futuro de la persona.


Estas son algunas de las técnicas; que se pueden pensar para utilizar al momento de intervenir en una catástrofe, pueden ser útiles para trabajar con traumas, de manera que se pueden utilizar para que las personas o (víctimas) integren  los traumas a nivel cerebral y emocional, favoreciendo la obtención y desarrollo de recursos y técnicas, que se pueden  hacer en el momento que sea requerido.




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